viernes, 16 de agosto de 2013

Ludwig Friedlaender: “La Filosofia como escuela Moral”. La Sociedad Romana, FCE, México, 1984. pp. 1124-1182.

RESUMEN
       Ludwig Friedlaender  se encarga de estudiar el rol de la filosofía en la sociedad romana. Desde un punto de vista historiográfico cultural, el autor explora como era vista la especulación metafísica o filosófica en los círculos de la sociedad romana, si bien no especifica el ámbito espacio-temporal, a través de sus ejemplos se puede deducir que corresponde desde la Republica romana (la llegada de la moda helénica a Roma) hasta el gobierno de Marco Aurelio (Dinastia de los Antoninos del Imperio Romano), el texto comienza hablando de cómo surge la filosofía en la Grecia Antigua como respuesta a el escepticismo o desprecio de los dioses, los cuales cometían crímenes en sus mitos, la filosofía nació para despejar esas dudas del actuar de los dioses y atribuirles sus fechorías a semidioses diabólicos o incluso que estos poseen un carácter público y privado, siendo los primeros los pilares de la moral y con los cuales se relacionan con los hombres. Friedlaender argumenta que la religiosidad en el mundo clásico no se debe entender como la nuestra,  pues los antiguos no creían en la revelación de una voluntad superior. “los paganos no habían recibido la ley del exterior; se daban […] la ley a sí mismos y se atenían no sólo al reconocimiento propio de sus deberes, sino también a sus propias fuerzas para cumplirlos” (p. 1127). El apartado termina llegando a la conclusión de que el filósofo solo debía buscar la verdad, pues la ignorancia era la fuente del vicio, en cambio el saber era la raíz de la conducta moral.

                 Otra idea fundamental es como se concebía la moral según la filosofía, si bien existían diversas escuelas todas llegaban a un mismo fin “Soportar o renunciar […]. La meta de todo conocimiento […], es el desprecio de la vida”. En el sentido anterior el autor explica como los cristianos de los primeros siglos adoptaron la ética pagana filosófica y la combinaron con el pensar de Cristo. No obstante, en la Roma Republicana y primeros tiempos de la Roma Imperial, la filosofía no era bien vista, este el aspecto central del texto pues sus doctrinas eran incompatibles con la praxis romana, aun sabiendo que la especulación era un ejercicio saludable “moderador de las pasiones” (p. 1131).

                  El filósofo en la Roma antigua  no era visto con buenos ojos, explica el autor, ni por el gobierno romano (por sus críticas al sistema y al emperador), ni por las masas (por sus exigencias sociales y sobre todo lo pretensiosos que eran estos pensadores), e incluso la gente culta acusa de ser “actividad inútil y superflua” (p. 1138). El tema de discusión se explicaba en si la virtud se podía enseñar pues los grandes hombres no tuvieron necesidad de aprender filosofía y quedaba demostrado que donde se enseñaba este tipo de conocimiento (Grecia) se convirtió en “cuna de tiranos y enemigos de la patria (p. 1139). No obstante, a nivel particular las opiniones diferían Emperadores y hombres de estado habían fomentado e incluso habían abrazado la filosofía como una escuela de formación moral, incluso en un mundo donde la igualdad no existía, los esclavos que eran filósofos gozaban de cierto respeto. El autor finaliza su escrito con una importante conclusión: la filosofía fue un vehículo accesible a todos para el conocimiento, que echaba abajo las barreras sociales y  debilitaba el exclusivismo de la conciencia nacional.

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